Ningún libro ha sido editado y traducido tantas veces a lo largo de la historia como la Biblia. Su lectura constituye un estímulo tanto para creyentes como para no creyentes. Hombres y mujeres de todos los tiempos han encontrado en sus páginas enseñanzas capaces de dar sentido a sus vidas y responder a los interrogantes últimos de la condición humana.